En el primer día de clase de
mi quinto semestre de Comunicación Audiovisual y Multimedios, asistí a la
asignatura Etnografía Virtual, la cual dio comienzo alrededor de las 8:15 a.m..
Faltando cinco para las 8:00, ingresé al salón, el cual ya se encontraba casi
completamente lleno. Lo primero que vi desde unos metros afuera de la puerta,
fue al profesor: un hombre robusto, con una camisa blanca de cuadros azules y un
jean oscuro, que estaba sentado trabajando en su computador. En su rostro
llevaba unas gafas blancas con patas rojas que cubrían sus ojos pequeños y una
barba corta, bien arreglada. Finalmente, se paró del escritorio y dio comienzo
a la clase.
Primero, muy amablemente,
nos saludó a todos y, de forma breve nos expuso su hoja de vida. Nos contó que
era comunicador social (colega de muchos de los que estábamos allí) y que tenía
mucha experiencia en el área de la docencia, ya que era profesor de la
Pontificia Universidad Javeriana, otra universidad que ahora no recuerdo el
nombre y, por supuesto, la Universidad de La Sabana. Luego, nos preguntó si
todos estudiábamos Comunicación o si alguien era de otras carreras, a lo que
unas 4 o 5 personas, aproximadamente, levantaron la mano y dijeron que eran
estudiantes de Ingeniería Química de diferentes semestres. No supimos su nombre
hasta que lo escribió en el tablero con una letra pequeña y en marcador verde,
junto a su correo y su Twitter.
Por todo lo que habló en
esas primeras 2 horas, se nota que es una persona alegre y divertida, que está
conforma con lo que hace, pero que a la vez es seria y responsable en sus
labores. Sabe mucho de su área y de otras que no le pertenecen (como la
psicología), y que se preocupa porque sus estudiantes aprendan lo más posible
desde el primer momento y los invita a escribir con buena ortografía,
independientemente de su profesión. Para esto último, nos mostró como ejemplo
un fragmento de un trabajo escaneado de un alumno de la Javeriana que estaba
lleno de correcciones en esfero negro y resaltador: el muchacho escribía
terrible y se notaba que no lo había realizado con el mejor empeño, gusto y,
tal vez, a último minuto. Luego de este espantoso ejemplo, nos recordó de un
profesor que renunció a su cátedra porque sus alumnos no escriben bien,
mostrándonos la noticia de El Tiempo.com.
Afortunadamente, nos dijo que él no iba a renunciar, “que iba a
dar la lucha”, y que por eso teníamos que entregar un documento, de mil
doscientas palabras, describiendo la clase anterior, cada semana.
Ahora era nuestro turno de
presentarnos. La verdad, estaba un poco incómoda porque no me gusta mucho
hablar en público y mucho menos frente a personas desconocidas.
Afortunadamente, el profesor dispuso de una actividad muy interesante e
innovadora para esto, que consistía en dibujar, en una hoja en blanco, un
objeto inanimado que nos representara. Luego de tres minutos, pasó por cada uno
de los puestos recogiendo las hojas y las repartió nuevamente, dejando nuestros
dibujos en manos de otros estudiantes, al azar. Basados en los dibujos de
nuestros compañeros, debíamos escribir qué clase de persona pensábamos que era.
Luego de otros tres minutos, el profesor volvió a recoger las hojas y se
dispuso a leer algunas de ellas. Entre los dibujos que más recuerdo, salieron
balones de fútbol, libros y lápices, cámaras, micrófonos y audífonos. La
actividad fue muy interesante porque, con esto, logramos romper un poco el
hielo, la tensión del primer día de una clase que todo el mundo puede meter y
que nadie sabe de qué trata o si va a queda sólo, o acompañado de algún amigo.
También fue explicando algunos “tips” de qué es la Etnografía Virtual, cómo se
puede leer y analizar a una persona a través de sus trazos, tipo de letra o la
porción de la hoja que utiliza para dibujar. A medida que se presentaban los
alumnos escogidos al sacar una hoja al azar, el profesor les iba preguntando de
qué programa eran, en qué semestre estaban y si sabían algo de lo que era la
Etnografía, si habían escuchado algo de la materia por el voz a voz. Se
presentaron unas diez personas, o menos, quienes dijeron que no sabían nada de
la Etnografía y también que no habían escuchado nada de la clase.
Gracias a esta actividad,
supimos que en la clase hay 2 estudiantes de primer semestre, uno de
Comunicación Audiovisual y Multimedios y el otro de Comunicación Social y
Periodismo.
Al finalizar dicha actividad
tan amena, el profesor Juan Sebastián Cobos nos presentó rápidamente el plan de
estudios que tendremos para la materia a lo largo del semestre. Nos explicó por
medio de la Pirámide del Aprendizaje de Edgar Dale que quiere que las clases
sean interactivas y que todos participemos mucho, porque de esa manera activa
es como uno realmente puede aprender, y que el estudiante tiene un 90% de
posibilidad de recordar lo que aprendió si participa, debate y opina. Luego nos
enseñó los objetivos que un profesor tiene para sus estudiantes por medio de la
Taxonomía de Bloom para el siglo XXI y en las Habilidades de Pensamiento de
Orden Superior, que se basan en hacer primero
que el estudiante recuerde, luego entienda, después aplique, analice, evalúe y,
por último, llegue finalmente a crear.
Acto seguido, el profesor
nos explicó las reglas de clase y nos preguntó quienes tenían cuenta en Twitter
y quienes no. La mayoría levantaron la mano a que sí tenían y sólo alrededor de
seis personas dijeron que no. A esas personas les recomendó abrir una, ya que
sería fundamental para la asignatura. Nos recomendó también que debíamos tener
computador, preferiblemente propio, porque los equipos que la Universidad
facilita pueden ser lentos y no funcionar de una manera adecuada; porque
manejaríamos mucho las redes sociales y el internet. También nos dejó
rotundamente prohibido ingresar a alguien que no fuera de la clase. Nos
presentó el blog que tiene la asignatura
(etnografíavirtualsabana.blogspot.com.co) en dónde se encuentran todas las
lecturas que debemos realizar a lo largo del semestre y de una vez nos informó
de la tarea para dentro de ocho días: leer las tres primeras lecturas, o por lo
menos dos de ellas, advirtiéndonos que
de esas lecturas será el parcial.
Para leer, nos aconsejó la
técnica OFP, que consiste no sólo en subrayar una oración, sino también en
escribir un comentario y una palabra clave por cada párrafo. Nos dijo que esta
técnica nos ayudará a comprender mucho mejor los temas sobre los que estamos
leyendo y, así mismo, un mejor proceso de aprendizaje.
A las 9:50 de la mañana, aproximadamente,
repartió las hojas con los dibujos de los objetos inanimados que representaran
a cada uno de las personas que, por falta de tiempo, no alcanzaron a
presentarse en la actividad que habíamos realizado unos minutos antes, nos dio
la bienvenida a la asignatura de Etnografía Virtual y nos dejó salir.
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