sábado, 6 de agosto de 2016

Semana 2

Segundo ejercicio descriptivo


El día de nuestra segunda clase del semestre de Etnografía Virtual me levanté muy angustiada por un trabajo que tenía que entregar justo después de esta clase. Rápidamente, desayuné unos ricos huevos que mi mamá me preparó con mucho amor; me cepillé los dientes; me bañé y me vestí  y salí rumbo a la Universidad, con la esperanza de poder terminar los últimos detalles de este trabajo antes de que Juan Sebastián Cobos empezara con su lección.

El día estaba muy frio. Recuerdo que estaba algo lluvioso y nublado y que la gente comentaba que estaba tiritando del frío. Sin embargo, yo no sentía el frío: yo estaba muy acalorada porque estaba usando una chaqueta de cuero muy caliente y, además, andaba corriendo para intentar coger un poco de ventaja. Al llegar al salón me senté en la última fila y empecé a trabajar en la entrega que tenía que hacer. No había llegado mucha gente, sólo estaba el profesor y dos o tres alumnos más. Al poco tiempo el profesor empezó la clase y yo, por fortuna, ya había terminado lo que estaba haciendo.

Empezamos la clase llamando lista y leyendo dos escritos descriptivos de la primera clase con una dinámica interesante: el compañero del lado leería el escrito de la persona que el profesor escogiera. Este ejercicio sirvió para recordar qué habíamos hecho la clase pasada y  para conocer un poco de cómo se habían sentido esas personas a antes de la clase y durante la misma. A medida de que íbamos leyendo los escritos, profesor nos iba dando algunos consejos para escribir de una mejor manera. Separar por párrafos, usar sólo un que por párrafo y, obviamente, a cuidar nuestra ortografía. Por último, destacó de los escritos de estos dos compañeros que  habían introducido su vivencia personal como parte de la descripción de la clase.

Acto seguido, el profesor nos enumeró las temáticas propuestas para esa  clase. Primero, hablaríamos sobre el correo electrónico, después sobre los blogs y por último sobre Twitter.

Abrimos nuestro correo electrónico en nuestros computadores portátiles y aprendimos que es muy importante configurar nuestra firma para que aparezca al final de los correos que enviemos y la función de algunos elementos que aparecen en él. Tal vez algunos ya sabían para qué sirven estos botones, pero a mí me dio mas claridad sobre lo que yo creía que sabía. Mientras explorábamos la interfaz de nuestro correo electrónico, aprendimos las reglas de etiqueta que toca llevar en internet, netiqueta. Me pareció muy interesante porque sentí que pude recordar que hace algún tiempo atrás, tal vez en una clase en el colegio, o en una tarde de tertulia con mi familia, mi hermano, que es comunicador social, mencionó algunas de estas reglas. En todo caso, me pareció que ya las había escuchado mucho antes y se me hizo muy importante conocerlas y saber ponerlas en práctica para poder tener una buena imagen como usuaria de internet y, también, para respetar a los demás y contribuir a una buen uso y una sana convivencia en la web.

Cuando terminamos de explorar nuestros correos electrónicos, pasamos a explorar Twitter, una plataforma social que ha sido muy relevante en Colombia y en algunas partes del mundo.  Todos abrimos nuestras cuentas y empezamos a seguirnos entre nosotros, agregándonos a la lista de Etnografía Virtual. Esta sección de la clase me pareció muy interesante por varios motivos. En primer lugar, cuando tenía aproximadamente 13 o 14 años abrí mi cuenta de Twitter y twitteaba o retwitteaba cualquier cosa. Luego dejé de usarlo hasta que me tocó recuperar mi cuenta para esta clase y la de Guión de Ficción. La verdad es que no tengo idea de cómo manejarlo adecuadamente, pero me encantaría aprender.

En segundo lugar, me encantó esta sección porque pude saber con certeza que  hoy en día, las redes sociales y su buen manejo son primordiales para las empresas. Lo que sucede es que el profesor de una clase nos dijo que el rol de los Community Manager no tenía sentido, ya que cualquiera podía publicar cualquier foto  en Instagram, o cualquier frase en el muro de Facebook. En el momento en que escuché eso proveniente de ese profesor (quien es una eminencia en La Sabana, aparte) me sentí un poco molesta. Las redes sociales son un medio de comunicación muy fuerte actualmente – pensé - ¿cómo se le ocurre a este profesor decir esto y desprestigiar el trabajo de los Community Manager? Ahora me alegra saber que esta afirmación es un poco atrevida y que el rol de las redes sociales es muy importante para las empresas en cuanto a desarrollo y crecimiento, hasta el punto de que por un mal manejo de ellas, la  empresa puede llegar a quebrar.
En tercer y último lugar aprendí mucho sobre esta famosa aplicación, porque como lo mencioné anteriormente, no sé darle el uso adecuado y, a través del video “Los Secretos de Twitter”, de Andy García aprendí muchas cosas y funciones que no tenía idea sobre esta aplicación (que por cierto, no es una red social, sino una herramienta de comunicación), como por ejemplo que hay retweets antiguos y nuevos o que se pueden hacer listas de personas. Algo muy interesante que aprendí fue que Twitter también puede ser una muy buena fuente de análisis para una investigación o estudio etnográfico, ya que por medio de los rankings de quienes tienen más seguidores, se puede analizar y concluir cosas de preferencias generales  acerca de un país.  Este video me dio más argumentos para el profesor que argumentó en contra de Twitter porque Andy García enseña herramientas y aplicaciones para optimizar su uso y  ayudar a que  tu empresa sea más visible ante el mundo.

Luego de este interesante e instructivo paseo por Twitter, pasamos a los blogs. El profesor preguntó quién tiene o ha tenido un blog. La verdad muy poca gente levantó la mano, pero yo me sentí muy identificada por el hecho de que yo manejo un blog  de poesía de autoría propia desde el 2013, aproximadamente. Nos pidió que creáramos un blog con nuestra cuenta de Gmail para subir ahí todos nuestros escritos descriptivos de cada semana  y, que luego, a través de la misma interfaz del blog  lo compartiéramos en forma de Tweet.

Al finalizar la sesión de clase, el profesor nos dio una lista de cosas que debemos hacer para la clase de dentro de ocho días y se despidió muy amablemente de todos nosotros. Me fui de clase muy satisfecha porque sentí que aprendí muchas cosas muy chéveres y útiles para el uso de la web y las redes sociales, y me dirigí a mi siguiente clase: Taller Documental en Módulo de Fotografía.


Pregunta lectura:

Sobre la Etnografía, Rusque afirma que:
a)  es un método positivista, que ayuda a medir aspectos inherentes a las relaciones humanas.
b) Es una disciplina que estudia las relaciones sociales mediadas por las tecnologías digitales
c)   Es un nuevo espacio de producción cultural, para el desarrollo de metodologías de investigación
d)   Es un método que permite estudiar una perspectiva por medio de la observación del comportamiento habitual de los actores de organizaciones y comunidades.


Respuesta: Opción d), porque la Etnografía permite a los investigadores sumergirse en el mundo cotidiano del grupo a estudiar y, a partir de ahí, sacar conclusiones cualitativas, naturalistas.

lunes, 1 de agosto de 2016

Semana 1

En el primer día de clase de mi quinto semestre de Comunicación Audiovisual y Multimedios, asistí a la asignatura Etnografía Virtual, la cual dio comienzo alrededor de las 8:15 a.m.. Faltando cinco para las 8:00, ingresé al salón, el cual ya se encontraba casi completamente lleno. Lo primero que vi desde unos metros afuera de la puerta, fue al profesor: un hombre robusto, con una camisa blanca de cuadros azules y un jean oscuro, que estaba sentado trabajando en su computador. En su rostro llevaba unas gafas blancas con patas rojas que cubrían sus ojos pequeños y una barba corta, bien arreglada. Finalmente, se paró del escritorio y dio comienzo a la clase.

Primero, muy amablemente, nos saludó a todos y, de forma breve nos expuso su hoja de vida. Nos contó que era comunicador social (colega de muchos de los que estábamos allí) y que tenía mucha experiencia en el área de la docencia, ya que era profesor de la Pontificia Universidad Javeriana, otra universidad que ahora no recuerdo el nombre y, por supuesto, la Universidad de La Sabana. Luego, nos preguntó si todos estudiábamos Comunicación o si alguien era de otras carreras, a lo que unas 4 o 5 personas, aproximadamente, levantaron la mano y dijeron que eran estudiantes de Ingeniería Química de diferentes semestres. No supimos su nombre hasta que lo escribió en el tablero con una letra pequeña y en marcador verde, junto a su correo y su Twitter.
Por todo lo que habló en esas primeras 2 horas, se nota que es una persona alegre y divertida, que está conforma con lo que hace, pero que a la vez es seria y responsable en sus labores. Sabe mucho de su área y de otras que no le pertenecen (como la psicología), y que se preocupa porque sus estudiantes aprendan lo más posible desde el primer momento y los invita a escribir con buena ortografía, independientemente de su profesión. Para esto último, nos mostró como ejemplo un fragmento de un trabajo escaneado de un alumno de la Javeriana que estaba lleno de correcciones en esfero negro y resaltador: el muchacho escribía terrible y se notaba que no lo había realizado con el mejor empeño, gusto y, tal vez, a último minuto. Luego de este espantoso ejemplo, nos recordó de un profesor que renunció a su cátedra porque sus alumnos no escriben bien, mostrándonos la noticia de El Tiempo.com.
Afortunadamente, nos  dijo que él no iba a renunciar, “que iba a dar la lucha”, y que por eso teníamos que entregar un documento, de mil doscientas palabras, describiendo la clase anterior, cada semana.

Ahora era nuestro turno de presentarnos. La verdad, estaba un poco incómoda porque no me gusta mucho hablar en público y mucho menos frente a personas desconocidas. Afortunadamente, el profesor dispuso de una actividad muy interesante e innovadora para esto, que consistía en dibujar, en una hoja en blanco, un objeto inanimado que nos representara. Luego de tres minutos, pasó por cada uno de los puestos recogiendo las hojas y las repartió nuevamente, dejando nuestros dibujos en manos de otros estudiantes, al azar. Basados en los dibujos de nuestros compañeros, debíamos escribir qué clase de persona pensábamos que era. Luego de otros tres minutos, el profesor volvió a recoger las hojas y se dispuso a leer algunas de ellas. Entre los dibujos que más recuerdo, salieron balones de fútbol, libros y lápices, cámaras, micrófonos y audífonos. La actividad fue muy interesante porque, con esto, logramos romper un poco el hielo, la tensión del primer día de una clase que todo el mundo puede meter y que nadie sabe de qué trata o si va a queda sólo, o acompañado de algún amigo. También fue explicando algunos “tips” de qué es la Etnografía Virtual, cómo se puede leer y analizar a una persona a través de sus trazos, tipo de letra o la porción de la hoja que utiliza para dibujar. A medida que se presentaban los alumnos escogidos al sacar una hoja al azar, el profesor les iba preguntando de qué programa eran, en qué semestre estaban y si sabían algo de lo que era la Etnografía, si habían escuchado algo de la materia por el voz a voz. Se presentaron unas diez personas, o menos, quienes dijeron que no sabían nada de la Etnografía y también que no habían escuchado nada de la clase.

Gracias a esta actividad, supimos que en la clase hay 2 estudiantes de primer semestre, uno de Comunicación Audiovisual y Multimedios y el otro de Comunicación Social y Periodismo.

Al finalizar dicha actividad tan amena, el profesor Juan Sebastián Cobos nos presentó rápidamente el plan de estudios que tendremos para la materia a lo largo del semestre. Nos explicó por medio de la Pirámide del Aprendizaje de Edgar Dale que quiere que las clases sean interactivas y que todos participemos mucho, porque de esa manera activa es como uno realmente puede aprender, y que el estudiante tiene un 90% de posibilidad de recordar lo que aprendió si participa, debate y opina. Luego nos enseñó los objetivos que un profesor tiene para sus estudiantes por medio de la Taxonomía de Bloom para el siglo XXI y en las Habilidades de Pensamiento de Orden Superior,  que se basan en hacer primero que el estudiante recuerde, luego entienda, después aplique, analice, evalúe y, por último, llegue finalmente a crear.  

Acto seguido, el profesor nos explicó las reglas de clase y nos preguntó quienes tenían cuenta en Twitter y quienes no. La mayoría levantaron la mano a que sí tenían y sólo alrededor de seis personas dijeron que no. A esas personas les recomendó abrir una, ya que sería fundamental para la asignatura. Nos recomendó también que debíamos tener computador, preferiblemente propio, porque los equipos que la Universidad facilita pueden ser lentos y no funcionar de una manera adecuada; porque manejaríamos mucho las redes sociales y el internet. También nos dejó rotundamente prohibido ingresar a alguien que no fuera de la clase. Nos presentó el blog que tiene la asignatura (etnografíavirtualsabana.blogspot.com.co) en dónde se encuentran todas las lecturas que debemos realizar a lo largo del semestre y de una vez nos informó de la tarea para dentro de ocho días: leer las tres primeras lecturas, o por lo menos dos de ellas,  advirtiéndonos que de esas lecturas será el parcial.

Para leer, nos aconsejó la técnica OFP, que consiste no sólo en subrayar una oración, sino también en escribir un comentario y una palabra clave por cada párrafo. Nos dijo que esta técnica nos ayudará a comprender mucho mejor los temas sobre los que estamos leyendo y, así mismo, un mejor proceso de aprendizaje.  

A  las 9:50 de la mañana, aproximadamente, repartió las hojas con los dibujos de los objetos inanimados que representaran a cada uno de las personas que, por falta de tiempo, no alcanzaron a presentarse en la actividad que habíamos realizado unos minutos antes, nos dio la bienvenida a la asignatura de Etnografía Virtual y nos dejó salir.